jueves, 24 de julio de 2008

(0024) COMO DIFICULTAR LA CONDUCTA DEL JUEGO

Considero que las normas para dejar de jugar, van dirigidas a dificultar las conductas del juego, luego es importante que quede claro que no son ningún castigo, aunque lo parezca, dicho esto. Cada uno hace de ellas lo que quiere y como lo quiere, pero ninguna norma merece critica, cada uno las emplea como quiere, estas normas se implantaron hacia el año 1980, cuando se considero el juego abusivo enfermedad, por la Asociación Psiquiátrica Americana, entre los trastornos de perdida de control de los impulsos. Después de analizar a muchos jugadores, fue un estudio echo por personas con conocimientos.

Las normas no son la panacea, sencillamente son medidas preventivas, que dificultan la acción de jugar. La panacea esta en conseguir el autentico convencimiento de no querer jugar, y esto se consigue día a día recordando nuestra adicción, la que sea.

Por lo tanto que cada uno hable de las normas que lleva, sin desmerecer ninguna, pues normalmente cuando llegamos nuevos a un grupo, a lo que más nos aferramos los que queremos salir de nuestra adicción, es a no llevar dinero, a justificar los gastos, a evitar los sitios y las compañías peligrosas, a no abusar del alcohol ni de otras drogas y si es posible ni tocarlas, con el paso de los años, vamos cambiando y nos creamos nuestras propias normas, pero casi siempre basadas en las que en los primeros momentos más nos ayudaron, como he dicho antes sólo lo hace el que quiere curarse.

Se recae por olvidar y se olvida porque se quiere, pues todos sabemos que no podremos volver a tocar ningún juego de azar.
Existen asociaciones, porque existimos unas personas, débiles, faltos de voluntad, irresponsables y egoístas, pero es cuando no hemos asistido a ningún grupo de autoayuda, desde el momento que acudimos a un grupo y admitimos nuestra adicción, enfermedad o dependencia y nos dan unas normas y unos recursos, y los empezamos a poner en practica y adquirimos conciencia de querer dejar de jugar, ya no existe ningún motivo que nos lleve al jugo, ni razón tan importante que nos haga volver a jugar.

Esto solo ocurre con personas que no desean curarse, que piensan que ellos ya controlan, en una palabra personas que no han llevado una buena rehabilitación.

Cuando estamos metidos en nuestra adicción, llegamos a perder en muchos casos hasta el trabajo o baja nuestro rendimiento, nuestra familia sufre.
Somos unos seres mentirosos e injustos, este es nuestro mayor pecado, por eso yo siempre he dicho cuando admití mi adicción, que tenia que dejar de jugar para dejar de mentir y volver a ser la persona que era antes de mi adicción.

Mientras se tengan cosas ocultas no se puede hablar de rehabilitación.

martes, 8 de julio de 2008

(0023) CONSECUENCIAS DE UNA ADICCIÓN

Esto lo escribe una persona adicta al juego, que lleva en rehabilitación siete años y nueve meses, pero es lo mismo para cualquier otra.
Mi deseo es que como yo, cualquier otra persona, pueda beneficiarse de esto.

PERSONAL: Se pierde el control gastando más de lo que sé desea, se amontonan deudas que se intentan ocultar, y por todo ello nuestra vida se convierte en una mentira. Vivimos con ansiedad, soledad y tristeza, y un muy bajo concepto de sí mismo.

FAMILIAR: Se pide dinero a familia y amigos que cuesta devolver. Por falta de interés pueden romperse las relaciones en el matrimonio, en la pareja y con los hijos. Vivir con un adicto que no quiere rehabilitarse es muy duro, y no todas las personas pueden aguantarlo.

LABORAL: No puede centrarse en el trabajo porque piensa constantemente en su adicción y de dónde sacar dinero, o cómo ocultarla, o cómo pagar las deudas, por todo esto se pierde él estimulo por el trabajo, se roba y se miente.

ECONÓMICO: Se pierde más dinero de lo que se gana, se pide dinero prestado, se contraen deudas, se roba, la familia pasa por penurias económicas, llegando en muchas ocasiones a la indigencia.

SOCIAL: Se rompen las relaciones con los amigos y con todo el entorno anterior a su adicción, porque no somos capaces reconocerla ante los demás.


CON UNA ADICCIÓN NO SOLUCIONAMOS NINGÚN PROBLEMA,
MÁS BIEN AUMENTAN LOS PROBLEMAS