Cuando llegamos a un grupo o asociación, somos como zombis, todo nos suena a chino, empezamos a oír testimonios y pensamos que nosotros somos mejores, que no hemos hecho las cosas que cuentan los compañeros, o que son menores. Cuando pasa un tiempo, nos damos cuenta de que somos iguales, inclusive hasta peores, que hemos hecho las mismas cosas, y descubrimos que nuestro pozo puede llegar a ser infinitamente profundo.
¿Cuándo somos capaces de hacer esta deducción?
Cuando ha pasado cierto tiempo, cuando hemos adquirido conciencia de querer dejar de jugar. Unos tardamos más, otros menos, pero no hay que desmoralizarse, sino seguir luchando, pues merece la pena.En todo proceso de rehabilitación existen recaídas; no hay que bajar nunca la guardia, que sean positivas o negativas depende de nosotros; si las tomamos como una forma de aprender, de crecer, estamos decidiendo nuestro futuro. Si pensamos que no tenemos solución, estamos decidiendo nuestro fracaso. Lo más importante, si deseamos nuestro triunfo, es no ocultar un error, una equivocación o una recaída, pues para salir de la adicción, para volver a ser personas, todo se basa en la sinceridad. Dejar de jugar no es difícil, lo difícil es mantenerse en abstinencia.
Dicen los psiquiatras y los psicólogos que no somos
culpables de haber adquirido la adicción al juego,
pero sí somos responsables de
buscar los medios para salir de ella.
2 comentarios:
Enhorabuena por el blog.
Felicidades tio por estas palabras. Es sorprendente como puede llegar a cambiar una persona que ha pasado esta enfermedad. No sólo es un orgullo poder decir "lo he conseguido" y "lo sigo consiguiendo", además potencia la autoestima, te descubres como persona, tanto a ti mismo como hacia los demás, y bueno infinidad de cosas que podríamos decir. Lo que si me gustaría recalcar es cómo también este proceso puede cambiar a una persona que "ahora" es capaz de ver y pensar siempre en el lado positivo de las cosas algo que antes era "misión imposible" pués el primer comentario ante cualquier situación era negativo. Con todo el cariño del mundo y desde el corazón te quiero un montón mi titirritin.
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