sábado, 19 de enero de 2008

(0008) CUANDO LLEGUE A LA ASOCIACIÓN IBA MUY MAL

Cuando llegué a la Asociación iba muy mal
Pero me conciencié muy pronto y aprendí lo que tenia que hacer para luchar contra mi adicción, antes no lo supe nunca, y cuidado que dije veces no voy a jugar más. Hoy en día lo llevo bien he conseguido no necesitar el juego para nada. Pero sigo luchando, al principio todos los días daba gracias por haberme mantenido sin jugar, hoy en día ya no lo hago a diario, pero sigo trabajando contra mi adicción, casi todos los días recuerdo que soy un adicto y que con el juego lo único que he conseguido es perjudicarme yo y a mi entorno familiar, y gracias a esto tengo el convencimiento verdadero de no volver a tocar ningún juego de azar jamás. Este es mi trabajo y mi pastilla diaria.
Esto es lo que yo pienso y hago, pero si por cualquier circunstancia, no pudiese asistir a un grupo de autoayuda, ¡¡ojala no ocurra!! Algo tengo que tener para mantenerme, es cierto que cuando estas en el grupo no juegas, pero te tiras más tiempo fuera del grupo que dentro, si no tuviese algo más ¿cómo podría sobrellevarlo? Yo lo hago como digo más arriba, con trabajo y sacrificio y esta es mi verdadera medicación.
Sigo asistiendo al grupo periódicamente, y ha habido días que he llegado bien y he salido mal, yo siempre había escuchado que no se fuese nadie mal cuando se acababan las terapias.
Os preguntareis ¿Porqué digo esto? Pues en mi caso porque habiendo pedido la palabra varias veces no me la han dado, y no encontrándolo lógico me he marchado antes de tiempo y de mal humor o cabreado, esta para mí es otra causa para tener algo que me fortalezca fuera de la terapia. Y recordaba mis primeros pasos cuando se hablaba de los cuatro valores, quiero volver a recordarlos:
Bondad, ES ADMITIR sin rencor.
Generosidad, ES DARSE sin soberbia.
Honestidad, ES RESPETAR opiniones.
Humildad, ES RECONOCER los errores y pedir perdón.
Y se me viene a la memoria ¿que significa autoayuda? dicen que compartir experiencias sensaciones y problemas de una forma espontánea y sincera, luego ¿que puede compartir una persona que le niegan la palabra?
No es lógico que en un sitio como este, que esta para ayudar a las personas con problemas de ludopatía, pues para eso se fundo y eso es lo que dicen los estatutos, se niegue la palabra a nadie, esto es como negar la insulina a un diabético o la diálisis a un enfermo del riñón.

viernes, 11 de enero de 2008

(0007) ADICTOS A TENER SIEMPRE RAZÓN

Tengo la impresión de que para estos individuos, los demás siempre nos equivocamos salvo cuando estamos de acuerdo con ellos.

Debo decir que es muy frecuente encontrarse con personas tan necesitadas de demostrar que la verdad está de su parte, que les resulta imposible ceder en la discusión o reconocer que el contrario tiene algo de razón: parece que la vida les va en ello.

Individuos, en suma, a quienes les supone un esfuerzo sobrehumano terminar una discusión y elegir la buena armonía, la comprensión del punto de vista del contrario o la paz.

¿Dónde esta la verdadera causa de esa necesidad acuciante de tener razón siempre?
En que estas personas vinculan su autoestima y la valoración de sí mismos al hecho de tener razón y si esa “seguridad” les falta se sienten como desnudas, vacías y sin entidad propia.
¿Pero por qué el adicto debe tener razón siempre y no admite nunca que se equivoca? Porque su “ego” no soporta la vergüenza que le reporta considerar que se ha equivocado.

Pero si hay un rasgo o característica que delata al adicto a tener razón es el deseo imperioso de controlarlo todo para darse seguridad y para calmarse. Igual que la heroína calma momentáneamente al drogadicto, tener razón tranquiliza a quien se cree en posesión de la verdad, pues padece el síndrome de baja autoestima y necesita “inyectarse” la dosis necesaria de tener razón cada vez que se equivoca.

Quienes nunca se retractan de sus opiniones y necesitan sentirse siempre en posesión de la verdad son tan estúpidos que llegan a pensar que la virtud y la verdad siempre están a su lado.

Resumen sacado por Ángel del (ABC El Semanal 8 de junio 2003)