domingo, 11 de mayo de 2008

(0019) MI PRIMERA TERAPIA

Cuando llegue a un grupo de autoayuda, no-tenia ni idea a donde me podía llevar el juego de azar, si sabia que me encontraba mal, pero me faltaba valor para pedir ayuda.

Yo era una de esas personas que pensaba que con 2 o 3 meses, acudiendo a un grupo, volvería a ser jugador sociable ¡¡¡Qué gran error!!!
Tuve la gran suerte de salir de mi primera terapia, un domingo 8 de octubre de 2000, concienciado y con deberes para unos cuantos días; se han trasformado en años, pues sigo recordando aquella mi primera terapia ¡¡¡Os la voy a contar!!!

Cuando entre en la sala 3/1, después de haber pasado por el despacho con mi mujer a que nos tomasen los datos.
Empecé a oír a una serie de personas exponer su testimonio, fueron cinco en concreto los que yo escuche, fueron unos testimonios llenos de dolor y culpabilidad, me preguntaron que había hecho por el juego de azar.
Mi contestación fue que yo no había llegado a tanto, que en mi casa no había faltado la comida ¡¡¡Qué gilipollas!!!

Me replicaron las mismas cinco personas, y con muy pocas palabras me dijeron muchas cosas.

El 1º me dijo:
Lo feliz que se sintió la primera vez después de haber dejado de jugar, que se pudo hacer una ensalada de verano, y que le puso hasta espárragos, pues el cuándo jugaba le faltaba de todo hasta las patatas.
¿Que me enseño? Que mi pozo podía ser mucho más profundo, y que había tenido la suerte de haber llegado en el momento justo y que tenia que aprovecharlo.

El 2º me dijo:
Que llevaba casi tres años en rehabilitación, y que seguía sintiendo culpabilidad de las cosas que había hecho por el juego.
¿Qué aprendí? Que no era todo dinero, que había cosas más importantes detrás

El 3º Me dijo:
Que yo era igual que todos los que estábamos allí, y que si me quería curar, dejase de jugar que no era tan difícil, todo dicho con una gracia especial, y mucha sinceridad.
¿Qué aprendí? Que a pesar del drama podía volver a sentirme bien pero sin juego.

La 4ª me dijo:
Con una dureza enorme, pero lleno de humanidad, que triste es venir a oír y no escuchar.
¿Que aprendí? Que son dos cosas diferentes, oír es que té entre por un oído y te salga por el otro, Escuchar significó para mí, memorizar todo, razonarlo, desmenuzarlo y sacar todo el provecho posible de los testimonios, por eso yo siempre he salido de las terapias con deberes para hacer en casa.

La 5ª Me dijo:
Bueno yo como es su primer día me reservo, a ver si sigue viniendo.
¿Qué aprendí? Que tenia que ser fuerte, si quería salir de mi adicción, esto me hizo ser constante y radical, y lo sigo siendo, nunca me he puesto a prueba por nada. Y sigo luchando día a día.

RESUMEN:
Escribí esto cuando llevaba tres años, cuatro meses y tres días, HOY LLEVO SIETE AÑOS Y CASI OCHO MESES. Y sigo aprendiendo de todos y de cada uno de los compañeros, nuevos o veteranos, que siguen apareciendo por el grupo, he conocido con toda la problemática que arrastramos, a más personas buenas que malas, uno puede caer mejor o peor o identificarse mejor con unos que con otros.
Pero siempre sin que falte la educación y el respeto.
Esta fue mi primera terapia a grandes rasgos, y si puede servir para que otras personas se conciencien, bien venido sea.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, soy Alejandro.
Viernes Tarde y llega el fin de semana, gracias a que no juego voy a poder disfrutar con la parienta, cosa que no hacía antes.
Referente a Mi primera Terapia, ha habido una cosa que me ha gustado mucho, "Que Gilipollas".
En todas mis terapias durante 5 años he oido bastantes veces que el jugador no es gilipollas y yo siempre he rebatido que lo que he hecho en vida por motivos de juego es porque además de ser un ludóapata era un gilipollas.

Buen fin de semana.

Ángel dijo...

Alejandro Tenia la intuición que ibas a hacer un comentario a mi primera terapia, y no se porque circustancia, pense en la palabra gilipollas. Hemos oido muchas veces juntos, yo soy jugador no gilipollas, y los dos hemos contestado lo mismo, "yo si era un jilipollas".
Muchas gracias por tu comentario, es una pena que se prodigen tan poco, que tengas un buen fin de semana.